sábado, 28 de junio de 2008

Rayuela


Cortazar, genio creativo. Sus cuentos, sencillos y complejos; su capacidad para hacernos reír y llorar, emocionarnos, amar, odiar, sentir…
En Rayuela nos ofrece expandir nuestras mentes, nos da la libertad de saltear capítulos, cambiar el orden, jugar…
Nos enseña que lo mismo puede ser distinto, según como se lea.

Creo que en cierta forma, es como hablar de las relaciones, el amor… una rayuela.
Cada relación es un capítulo, lo disfrutamos, lo vivimos a pleno, con sentimientos que van cambiando; amor, odio, risa, llanto. Intensamente tratamos de aferrarnos a él aunque no sabemos cuanto dura, si hay uno siguiente; a veces deseamos que sí… otras no.
Hasta nos puede suceder que pensemos que es el mejor con el que nos pudimos encontrar, que nada va a superarlo, y no queremos ver que sigue.

Por eso digo que Rayuela me recuerda a las relaciones, o tal vez será que el amor me recuerda a las rayuelas, rayuelas a “ciegas”.

Saltamos, de un “cuadradito” a otro, cada uno es especial, en ese momento el mejor, el amor soñado, estamos en un solo pie, pero que importa!? si podemos volar! Pero… luego pensamos, para que tanto esfuerzo en permanecer acá? No es que más adelante está el cielo? Porque… ahora dudo… digo… esto no puede ser el cielo! Y entonces zas!
En cuanto vemos otro “cuadradito”, saltamos con todas nuestras fuerzas, pensando que vamos a caer en el cielo, esta vez sí!

Y sí! Por fin! Esto si, esto tiene que ser el cielo, nunca me sentí así, tan plena, tan completa, mi otra mitad, esto tiene que ser el cielo… No??




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