domingo, 9 de noviembre de 2008

RAZONES


Si pudiera verme, sin ti, dentro de mí. Si tan solo me permitiera, entornar estos ojos cegados, para ver tu perfil. Si me dieras tu rostro pleno, tu mirada, sin otras que llevas en tu memoria. Daría mi vida, mis entrañas, mi ser, solo por la exclusividad de tu mirada. Pero ya la di, no tengo nada más para ofrecer. Hablas de lo que das, hablas de amor, hablas en otro idioma. ¿En qué amor caben las mentiras? ¿Qué idioma del amor dice que el amor es intangible?
Estoy ciega y sin embargo miro. Miro tu ser despojado de mí, miro el perfil que me das para no dar la cara, miro a las que te miran, porque tú dices que está bien que mire.
¿Qué clase de amor mira sin ver al que ama? Tu destiempo es la ruina del jardín que tanto empeño pusimos en construir.
Ahora solo quedan piedras que cortan y sangran. Solo muro. Solo ríspido camino hacia donde sin querer -supongo- me fuiste llevando, lentamente. Casi sin darme cuenta de este error, cegada, solo mirando por tus ojos que miraban en otro rumbo. Cuánta ofrenda, cuánto sacrificio en vano. Que funesta desgracia que no pudieras ver con los ojos abiertos (o cerrados) todo lo que te ofrecía.
¿Cuánto dolor se encierra en un arrepentimiento? Porque debe doler, tiene que doler, se tiene que sentir en los huesos, en todo tu cuerpo, deseado por gentes extrañas, en tu alma, en lo profundo, ¡tiene que doler en todos lados!
Quería otra cosa, esas que me juraste, esas que creí. Nuestro jardín, nuestro edén. ¿Valió la pena morder la manzana prohibida? ¿Vale la pena desear los frutos de los otros jardines? ¿Vale la pena perderme y perderte en jardines extraños? ¿Por qué te ofreces en sacrificio de ambas?
Mi respuesta siempre fue clara, la tuya sigue tratando de explicar el sin sentido de la destrucción. Tú piensas que se puede vivir buscando lo que dices que ya tienes. Tú bajaste los brazos y renunciaste a mí antes de que te dieras cuenta. Renunciaste. Que te quede claro, que tu ser lo entienda y lo incorpore como un alimento esencial.
Todo lo que digo y todo lo que callo. Cuanta impotencia, que dolor indescriptible me invade. Te pido que te marches, que sigas tu camino, se que no miraras atrás, no tienes nada para ver que no hayas visto, tu finalidad es mirar, siempre, hacia adelante.
Tú te quedas sin hogar, yo me quedo, solo me quedo en este lugar que hace mucho tiempo dejo de ser un hogar. Me quedo sola, como deben estar las almas negras.


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sábado, 8 de noviembre de 2008

PERDER

¿Qué pasa cuando uno pierde?
¿Qué pasa cuando uno pierde tanto?
¿Qué pasa cuando uno pierde tanto siempre?
Pasa que cuando uno pierde
Pasa que cuando uno pierde tanto
Pasa que cuando uno pierde tanto siempre

Pasa que es uno
Pasa que uno pierde
Pasa que es mucho perder tanto siempre siendo uno
Pasa que uno es siempre uno porque pierde
Pasa que uno al perder tanto
Pasa que uno ya no tiene nada que perder

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